Cruciales #7
Nota del editor
En estricto rigor, The Price of Peace. Money, Democracy, and the Life of John Maynard Keynes (‘El precio de la paz. Dinero, democracia y la vida de John Maynard Keynes’), viene a ser dos libros en uno. El primero de ellos consiste en la mejor biografía del economista inglés hasta ahora escrita. Y el segundo aborda su perdurable legado político, filosófico y económico, el cual se extiende desde su muerte, ocurrida en 1946, hasta nuestros días. La situación no es casual: tras algunos de los más notorios tropiezos del neoliberalismo ocurridos durante el siglo XXI, incluida la Gran Recesión de 2008, las predicciones y advertencias que Keynes formuló hace más de ocho décadas han vuelto a cobrar trascendencia en el debate público. Y, debido al dilema actual de la desigualdad, la figura de quien en su momento fue considerado, a diestra y siniestra, como “el intelectual más poderoso del mundo” ha adquirido nuevos brillos. El periodista e investigador Zachary D. Carter, autor de esta obra descomunal y cautivante, publicada hace sólo un par de semanas, asegura que, a lo largo de su existencia, Keynes intentó fusionar las dos pulsiones que más lo entusiasmaban. Por una parte, fue miembro y mecenas del famoso grupo artístico y bohemio de Bloomsbury, en el que participaban lumbreras como Virginia Woolf y Lytton Strachey. Y, por la otra, fue el servidor público que se hizo cargo de las finanzas de los aliados durante las dos grandes guerras del siglo pasado y el inventor de un nuevo paradigma social. Keynes fue también un idealista, un profeta, un escritor prolífico, un negociador soberbio, un diplomático a contrapelo, un experto en crisis, un denostador de los estadounidenses y un provocador de fuste. De hecho, dentro del contexto de la extendida pugna que se ha desarrollado por decenios entre el keynesianismo y las ideas de Friedrich Hayek y Milton Friedman, Carter tiene algo que decir sobre Chile. Según escribió el filósofo, matemático y Premio Nobel de Literatura Bertrand Russell, mentor y amigo de Keynes en Cambridge, su intelecto “es el más agudo y claro que he conocido. En las ocasiones en que discuto con él, rara vez salgo sintiéndome diferente a un tonto”. En su obituario, el Times de Londres declaró que Keynes fue “el más grande economista desde Adam Smith”. Para Carter, y probablemente para muchos de los lectores de The Price of Peace, el halago puede incluso sonar mezquino.
Juan Manuel Vial