¿Hacia dónde va la Reserva Federal?
Las posibles direcciones que la Reserva Federal podría tomar
Última actualización:
Hace 12 meses
La trayectoria de la inflación en Estados Unidos sigue siendo impredecible, desafiando las proyecciones y planteando preguntas cruciales sobre los próximos pasos de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
Datos más allá de las expectativas
Los últimos datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos (Bureau of Labor Statistics) encendieron señales de alerta al revelar un aumento en los precios, excluyendo alimentos y energía, por sobre lo proyectado para enero.
Durante enero, el Índice de Precios al Consumidor (CPI) estadounidense registró un alza del 0,3%, superando las cifras de diciembre y las expectativas de mercado, ambas en 0,2%
De igual manera, la inflación subyacente experimentó un incremento, pasando de 0,3% en diciembre a 0,4% en enero.
Esto sugiere que diversos sectores, especialmente el de servicios, aún tienen capacidad de aumentar precios, lo que podría complicar aún más el escenario de inflación.
Un futuro incierto
Hasta hace poco, el consenso de mercado anticipaba dos recortes en las tasas de interés de la Fed antes de su reunión de junio.
Sin embargo, las recientes declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Fed, moderaron estas expectativas, declarando públicamente la improbabilidad de un recorte para marzo y alterando las perspectivas de una primera reducción en mayo.
Probabilidad implícita de la orientación de la política monetaria de la Reserva Federal en diciembre de 2024
¿Un giro hacia el aumento de tasas?
Ante una economía que persiste sin aterrizar, figuras como Lawrence Summers, sugieren la posibilidad de un incremento en las tasas de interés.
Pese a que esta visión gana adeptos, hasta el momento, ningún miembro de la Fed ha mencionado públicamente esta opción.
Durante la última conferencia del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), Powell insinuó que las tasas podrían haber alcanzado su punto más alto
Esto nos deja ante la incógnita: ¿experimentaremos una reducción en las tasas al estilo de finales de los 90 o nos enfrentaremos a un escenario completamente distinto?