La economía chilena ha mostrado un desempeño mejor a lo que esperábamos hace algunos meses atrás. Ahora, la gran interrogante que nubla estas mejores perspectivas viene del lado externo.
Existe un amplio consenso respecto de que este año será magro para la economía. El principal motivo es el necesario ajuste del consumo privado tras el insostenible boom experimentado en 2021 luego de tres retiros de fondos de pensiones y las masivas transferencias fiscales entregadas durante ese año (IFE universal). A este ajuste, que ya está en curso, se suma una previsible caída en la inversión privada producto de la alta incertidumbre política y un escenario externo desafiante. En este contexto, el Banco Central estimaba en su IPoM de diciembre que la economía se contraería en un rango entre -0.75/-1.75% este año.
Sin embargo, gradualmente, la economía chilena ha mostrado un desempeño mejor a lo que esperábamos hace algunos meses atrás. La sostenida caída en la incertidumbre política tras el rechazo a la propuesta de nueva constitución, en septiembre pasado, la consecuente caída en las tasas de interés de mediano y largo plazo, y la resiliencia que ha mostrado el consumo privado – el cual se ha ido ajustando de manera gradual – han apuntalado las perspectivas de crecimiento para este año. A esto se suma que la reapertura de la economía China en enero ha impulsado positivamente el precio del cobre, transándose actualmente en torno a 4 US$/lb, muy por sobre los niveles cercanos a 3.6 US$/lb observados durante buena parte de 2022. Con todo, esperamos que la economía muestre una variación nula este año.
La gran interrogante que nubla estas mejores perspectivas viene del lado externo. Específicamente, la crisis bancaria que está viviendo Estados Unidos luego de la quiebra del Silicon Valley Bank y su contagio a otros bancos regionales. Si bien nuestro escenario considera que esta crisis será contenida, su potencial intensificación y contagio al resto del mundo aparece como el principal riesgo bajista.
La inflación será más persistente. El mayor dinamismo de la economía chilena tiene como contraparte que las presiones inflacionarias domésticas se reducirán de manera más pausada, lo que hará que la inflación sea más persistente. La inflación sorprendió a la baja en febrero, anotando una variación -0.1% respecto de enero, y su nivel en doce meses se redujo a 11.9% desde un máximo de 14.1% en agosto pasado. Sin embargo, la reducción gradual de la inflación ha estado concentrada en los componentes más volátiles del índice, como combustibles, pasajes aéreos o paquetes turísticos. La inflación sin volátiles, en tanto, se ha mantenido oscilando entre 10% y 11% desde julio de 2022, reflejando las altas presiones inflacionarias que han afectado a la economía. La buena noticia es que esperamos que la inflación comience a ceder de forma más acelerada a partir del 2 trimestre de la mano de la desaceleración de la actividad económica, la apreciación del peso, menores precios internacionales de petróleo y alimentos, caídas relevantes en los costos de fletes marítimos, y la normalización en los problemas que afectaron a la cadena de suministro global desde el comienzo de la pandemia. Con todo, esperamos que la inflación se ubique en 5.5% en diciembre de este año, y en torno a 3.5% a fines de 2024.
El Banco Central debiese mantener el tono antinflacionario. Hasta ahora, el Banco Central ha sido explicito en señalar que la TPM se mantendrá en 11.25% hasta que las condiciones macroeconómicas indiquen que la inflación se encuentra en una senda de convergencia al 3%. Si algo, los recientes indicadores económicos – mayor crecimiento y algo más de inflación – sugieren que la convergencia de la inflación será más lenta que lo esperado hace algunos meses. Si bien la reciente crisis bancaria en EE.UU. ha incrementado significativamente la incertidumbre, el riesgo de que la inflación no converja a la meta del BC en el horizonte de política monetaria (24 meses) es aún demasiado elevado como para suavizar el tono. Creemos entonces que el BC corregirá al alza el corredor de política monetaria presentado en el último IPoM, manteniendo el límite superior en 11.25%, con un escenario central para la TPM indicando bajas graduales hacia 8.5%-9% para fines de este año, y en torno a 5.5-6% para el ultimo trimestre de 2024. A su vez, el consejo reconocerá que una eventual profundización de la crisis bancaria en EE.UU. es un riesgo relevante para la economía chilena, señalando que mantendrá una política lo suficientemente flexible como para actuar oportunamente en caso de ser necesario, tal como lo ha hecho en ocasiones anteriores.
Pablo Cruz, economista jefe BTG Pactual Chile.
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